domingo, 27 de abril de 2008

La cruzada verde de la Iglesia


Después de la reunión que las autoridades eclesiásticas sostuvieron en Brasil el año pasado, el objetivo en Chile es obligar a las megaempresas a actuar con responsabilidad y con miras al desarrollo sustentable. Para esto ya se creó una nueva pastoral en Villarrica, mientras una monja de Copiapó y el obispo de Aysén se preparan para todo con tal de defender los intereses de sus comunidades. En el amor y la religión todo vale.

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BARRICK GOD

Ana María Martínez, religiosa española de la congregación Misioneras de Jesús, María y José, comenzó a protestar contra el proyecto aurífero de Barrick Gold en 2005, pero asegura que el documento de Brasil ayudó a encender los ánimos en el valle del Huasco, donde vive desde hace 35 años.

Desde la Pastoral Salvaguarda de la Creación organizada por el obispo Gaspar Quintana organiza la acción de un grupo de fieles para detener lo que considera una amenaza clara para las personas y el medio ambiente.

"Tenemos las fuerzas puestas en defender la creación y la vida del valle. Es lo que Dios nos regala, y tenemos que defender la dignidad de los más pobres, de los pequeños campesinos", dice la mujer, de 60 años, quien asegura que la empresa canadiense ha usado todo su poder para engañar a los pobladores.

"Pusieron propaganda en todas partes: televisión, diarios, radios, repitiendo que ellos respondían a la minería responsable, ofreciendo más trabajo. ¡Tapaban muros enteros! Con la plata se puede hacer todo", se queja.

La primera manifestación en contra de Pascua Lama convocada por el grupo que integra Ana María fue el lunes santo de 2005, en Vallenar. Llegaron sólo 500 personas, lo que fue considerado toda una hazaña. Repitieron el éxito el 4 de junio de ese mismo año, pero aquella vez reunieron tres mil manifestantes.

Desde entonces ha habido protestas más pequeñas, porque "la Barrick fue comprando conciencias después de la marcha", asegura la religiosa, que hoy trabaja con 15 personas en la capilla Virgen Inmaculada de Villa Concepción, en Vallenar.

Las aprensiones de la hermana Ana María, como es conocida en la zona, no sólo son contra la empresa, sino también contra el Gobierno. "El pueblo se tiene que levantar entero, porque si el pueblo elige a sus gobernantes, el Gobierno no puede vender Chile, y tiene la cordillera vendida. Esto es un proyecto que las autoridades han aprobado y eso no se puede desconocer. Barrick había destruido hasta el 70% de tres glaciares antes de empezar a trabajar, era para decirles que se fueran", reclama.

Ana María dice que la próxima protesta será en junio, esta vez contra las mineras que han secado el río en Copiapó.



Los reproches del padre Guido Castagna van en el mismo sentido: "Barrick ha comprado apoyo, ofreció 60 millones de dólares a la gente, pero no les dice que ellos van a ganar 11 mil millones de dólares", dice el párroco de la Inmaculada Concepción de Vallenar. El sacerdote italiano, que lleva siete años en Chile y seis en la diócesis de Copiapó, explica que la Iglesia tiene el deber de ayudar a estas comunidades.

"Más que contra Pascua Lama, subrayamos el valor de la vida. Hay un tema muy delicado con los glaciares y la falta de agua, hay proyectos de la megaminería que han causado esto y debemos proteger a la comunidad. Lo luchamos desde las enseñanzas de Jesucristo", dice.

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